Quién no ha errado alguna vez? ¿Quién no ha sentido la sensación de fracaso? Lo cierto es que todos nos hemos sentido vencidos en algún momento de nuestra vida.
La sensación de fracaso suele ser intensa, vital, dolorosa y, en ocasiones, beneficiosa para el desarrollo personal. Con el fracaso se sufre, pero de él se aprenden muchas cosas si esta experiencia se afronta con decisión, valentía y voluntad de superación.
La sensación de fracaso es una vivencia amarga
¿Qué es el fracaso? Hablamos de una sensación asociada a no lograr unos objetivos esperados a corto o largo plazo. Se acompaña de una vivencia amarga, desagradable y frustrante. Todos hemos tenido que afrontar esa vivencia. Es parte de la vida, la otra cara de la moneda, la otra cara del éxito.
En este sentido, es bueno distinguir entre la sensación de fracaso ante un fallo o contratiempo real y la sensación que sobreviene sin motivo. Así, la primera hace referencia a la vivencia de un fracaso, donde es importante matizar algunos aspectos: la intensidad, la coherencia con el hecho que la desencadena y la forma de reaccionar.
Por otro lado, lo normal es que la persona, pasados los momentos iniciales, razone sobre los motivos de su fracaso. Después conseguirá superarlo y evitar que vuelva a producirse. Es anómala la reacción excesivamente intensa, que dura demasiado tiempo o que se convierte en improductiva.
Emociones asociadas con la sensación de fracaso
Básicamente hay seis emociones frecuentes asociadas al fracaso son:
Frustración. La sientes porque no has alcanzado tu meta.
Ira. Aparece el enojo y la rabia, la ofuscación porque se te ha privado de aquello que querías alcanzar.
Decepción. Puede estar dirigida hacia ti y hacia otros.
Culpa. Ante el fracaso fracaso piensas podrías haber hecho algo mejor y te sientes culpable en todo o en parte por el resultado negativo.
Resentimiento. Puedes resentirte con otras personas que creías que podrían haberte ayudado y no lo hicieron
Miedo. Transversal a todas las emociones puede surgir el miedo, ya que en los momentos de fracaso sientes que todo está perdido y que no habrá nada que calme esas emociones tan intensas. También puedes tener miedo de volver a intentar y de fracasar otra vez.
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La sensación de fracaso: una dolorosa emoción
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La sensación de fracaso es una de las más limitantes a la hora de retomar proyectos y tomar iniciativas. La analizamos.
La sensación de fracaso: una dolorosa emoció
¿Quién no ha errado alguna vez? ¿Quién no ha sentido la sensación de fracaso? Lo cierto es que todos nos hemos sentido vencidos en algún momento de nuestra vida.
La sensación de fracaso suele ser intensa, vital, dolorosa y, en ocasiones, beneficiosa para el desarrollo personal. Con el fracaso se sufre, pero de él se aprenden muchas cosas si esta experiencia se afronta con decisión, valentía y voluntad de superación
La sensación de fracaso es una vivencia amarga
¿Qué es el fracaso? Hablamos de una sensación asociada a no lograr unos objetivos esperados a corto o largo plazo. Se acompaña de una vivencia amarga, desagradable y frustrante. Todos hemos tenido que afrontar esa vivencia. Es parte de la vida, la otra cara de la moneda, la otra cara del éxito.
En este sentido, es bueno distinguir entre la sensación de fracaso ante un fallo o contratiempo real y la sensación que sobreviene sin motivo. Así, la primera hace referencia a la vivencia de un fracaso, donde es importante matizar algunos aspectos: la intensidad, la coherencia con el hecho que la desencadena y la forma de reaccionar.
Por otro lado, lo normal es que la persona, pasados los momentos iniciales, razone sobre los motivos de su fracaso. Después conseguirá superarlo y evitar que vuelva a producirse. Es anómala la reacción excesivamente intensa, que dura demasiado tiempo o que se convierte en improductiva.
Descubre: La diferencia entre el error, el fracaso y el fracasado
Mujer pensando en su fracaso
Emociones asociadas con la sensación de fracaso
Básicamente hay seis emociones frecuentes asociadas al fracaso son:
Frustración. La sientes porque no has alcanzado tu meta.
Ira. Aparece el enojo y la rabia, la ofuscación porque se te ha privado de aquello que querías alcanzar.
Decepción. Puede estar dirigida hacia ti y hacia otros.
Culpa. Ante el fracaso fracaso piensas podrías haber hecho algo mejor y te sientes culpable en todo o en parte por el resultado negativo.
Resentimiento. Puedes resentirte con otras personas que creías que podrían haberte ayudado y no lo hicieron
Miedo. Transversal a todas las emociones puede surgir el miedo, ya que en los momentos de fracaso sientes que todo está perdido y que no habrá nada que calme esas emociones tan intensas. También puedes tener miedo de volver a intentar y de fracasar otra vez.
Nuestra personalidad influye en cómo gestionemos el fracaso
A la hora de reaccionar ante un fracaso, la personalidad es uno de los principales factores a tener en cuenta. En este sentido, las personalidades fuertes y maduras se caracterizan por poner en marcha todos sus mecanismos de defensa y superar de forma positiva el contratiempo. Las personalidades más débiles e inseguras suelen venirse abajo ante escollos relativamente pequeños. Necesitan mucho más apoyo del exterior para superarlos.
Por otro lado, hay sensaciones de fracaso que no están justificadas: son los fracasos imaginarios. Las cosas nos pueden ir relativamente bien y sentirnos abatidos y hundidos, incapaces de resolver el más mínimo contratiempo. Hay veces que tenemos la sensación de fallar y haber fracasado de forma general o en algo muy concreto. Nos referimos, así, a un fracaso imaginario. Esta sensación de fracaso arranca de sentimientos de inferioridad y minusvalía o acompaña a rachas depresivas
Créditos:
Mentes Maravillosas.
Francisco Pérez
Escrito y verificado por el psicólogo Francisco Pérez.
En mi caso me considero un fracasado por varías razones en la vida, eso no impide que diga luchando, por igual no afecta mi felicidad.