desde el periódico Hoy
La promesa de “Corregir lo que está mal, continuar lo que está bien y hacer lo que nunca se ha hecho” es uno de los lemas más acertados en la historia política del marketing electoral en la República Dominicana.
Éste, encerraba la presunta convicción de que un gobierno de Danilo Medina desterraría las prácticas incorrectas y lesivas al bienestar general que históricamente han imperado en la administración pública.
También, que reconocería las buenas prácticas y finalmente cumpliría el principio de continuidad de Estado, tan ausente en el país, y tercero, lo más ambicioso, haría lo que nunca se ha hecho, implicando finalmente cumplir una larga lista de deudas de la clase política con el pueblo dominicano.
Al evaluar la gestión, vemos como un logro importante, además del sello personal de mandatario humilde, una alegada revolución educativa, que conlleva logros innegables como la construcción de miles de aulas y la tanda extendida, pero que tiene pendiente el importante aspecto cualitativo.
Sin embargo, son muchas las cosas que todavía no se han hecho. Una de ellas es la seguridad ciudadana. En su discurso de toma de posesión del 16 de agosto de 2012, Danilo Medina hizo “un firme compromiso con la vida y la seguridad de nuestros hombres y mujeres”. “No quiero un pueblo con miedo de salir a las calles, no quiero más jóvenes que pierdan la vida, ni más hogares destruidos por la violencia”, dijo.
Otra gran deuda pendiente es la lucha contra la corrupción. El Presidente se comprometió a actuar “hasta por rumor” contra el robo y la malversación de fondos en la administración pública. Pero ha predominado, por un lado, la política de “borrón y cuenta nueva” y, por el otro, el uso oportunista de la “lucha contra la corrupción”, sino pregúntenle a Rafael Núñez, exvocero de Leonel Fernández.
¿Y qué decir de la salud y el empleo, elementos vitales para la calidad de vida? Al respecto, la promesa fue que la salud sería “otro eje central de nuestra política para garantizar el derecho a la salud de calidad para todos los dominicanos y dominicanas”, y los empleos de calidad y mejoría de salarios. Ambas cosas son un reto en la economía dominicana.
No obstante, la verdad sea dicha, con cuatro años más por delante es mucho lo que se puede hacer, siempre y cuando haya voluntad política. El dicho dice que quien tenga lágrimas hondas comience a llorar temprano.